Del corazón de Portugal palpitarán los primeros latidos de La Vuelta 24. Lisboa acogerá los días previos a la carrera y desde uno de sus emblemas, el Monasterio de los Jerónimos, partirá la contrarreloj individual que servirá como puesta de largo para la competición. Se convertirá, en ese momento, en la primera ciudad no española en acoger por segunda vez una salida oficial de La Vuelta, tras hacerlo en 1997.
27 años después, Lisboa continúa siendo una ciudad que combina historia y vanguardia, donde los vestigios de un pasado brillante se fusionan con la vibrante vida de una ciudad que ve el sol lucir casi 300 días al año. Desde el Museo Nacional de Arte Antiguo hasta el Museo Nacional do Azulejo, cada rincón respira historia y arte. Los barrios bohemios como Alfama y Barrio Alto ofrecen fados en cada esquina para enamorar a los viandantes.
La vida de la capital portuguesa no se entiende sin su relación con el río Tajo y su desembocadura. Un recorrido fluvial que marca el camino a uno de los carriles bici más importantes de la ciudad, que une el puerto con las zonas históricas en un recorrido de una veintena de kilómetros. Es solo una de las arterias que vertebran la red de carriles bici de la ciudad, que permite disfrutar de lugares como los jardines de Campo Grande o el parque Eduardo VII.
Con la salida oficial de La Vuelta 24, Portugal volverá a respirar ciclismo en cada uno de sus rincones, demostrando su experiencia en eventos ciclistas. En 1997 Lisboa fue pionera al convertirse en la primera ciudad extranjera en acoger la salida oficial de La Vuelta. 4 años más tarde, en 2001, la capital lusa fue sede de los mundiales en ruta con victoria en la prueba en línea del español Óscar Freire. Ahora, Lisboa, Oeiras y Cascais serán por unos días el epicentro del ciclismo mundial.