Etapa 21. Alalpardo – Madrid 100,5 km.

Km. 100 -70. Los primeros kilómetros de la etapa discurren entre los valles de los ríos Henares y Jarama. En esta zona hay potentes depósitos del Mioceno en los que se encuentran algunos yacimientos paleontológicos. Entre Ajalvir y Torrejón de Ardoz  se pasa cerca de una sección del Mioceno (23 a 5 millones de años) muy completa y en la que se muestra el tránsito de  facies fluviales a lacustres. En estas facies se localizan los yacimientos de vertebrados de Paracuellos de Jarama, nominados como Zona de Protección Paleontológica.

Poco después se pasa muy cerca de la confluencia de los ríos Henares y Jarama, en una zona con amplias llanuras de inundación. Como su nombre indica, en estas zonas el río Jarama se desbordó en el último episodio de intensas lluvias de la pasada primavera.

 

Km. 70-0 A Madrid se entrará por el este donde encontramos los depósitos de arcosas del Mioceno que caracterizan la zona. Se trata de un tipo de arenisca, con granos angulosos e importantes proporciones de feldespato. Se produce por una erosión de rocas ígneas o metamórficas, en este caso procedentes de la sierra de Guadarrama.

Ya en Madrid, el eje Paseo de Recoletos-Paseo del Prado corre a lo largo del antiguo cauce del Arroyo de la Fuente Castellana, totalmente soterrado desde el siglo XIX, pero que produjo inundaciones en época histórica, mientras que en el acceso hasta la Plaza de Callao se está remontando una suave ladera que asciende hasta la divisoria de aguas entre dicho arroyo de la Fuente Castellana y el río Manzanares, aunque todas las rocas han desaparecido bajo el asfalto y las aceras.

En cualquier caso, en Madrid hay mucha geología por ver. Muchos de los edificios de la ciudad están recubiertos de rocas ornamentales que pueden ser granitos o mármoles, como el Palacio Real. Muchas estaciones de metro tienen rocas ornamentales, algunas de ellas con interesantes fósiles como el hospital clínico o la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, donde se encuentran calizas arrecifales.