Esto es muy grande. Lógicamente todavía no lo he asimilado, pero sí puedo decir que ha sido un día increíble. Sabíamos que Astana y Movistar buscarían tener gente en la fuga. Cuando vi que se movían Soler e Izagirre, les seguí porque sabía que podían ser importantes tácticamente más adelante. Luego la ventaja creció y quedó claro que la fuga llegaría. Sabía que los primeros kilómetros de subida eran los más duros y procuré ir rápido desde el pie de puerto. Me sentí muy bien y quise ir a mi propio ritmo, sin entrar en juegos. Como equipo, hemos mostrado que tenemos varios corredores entre los mejores cuando la carrera se endurece. Estamos donde tenemos que estar, y encima tenemos al ciclista más fuerte de La Vuelta 19. La pasión de los aficionados hace esta carrea muy especial. Son muy entusiastas en los días de gloria y te acompañan en los días malos. Los aficionados son lo que hacen al ciclismo un deporte especial.
