Julio de 2020. La última prueba ciclista de categoría WorldTour se había disputado cinco meses antes. La París-Niza marcó el comienzo de un hiato en la competición que habría de durar casi medio año. El coronavirus lo trastocó todo. También el ciclismo.
A finales de aquel mes de julio, todas las miradas se posaron en Burgos. La ciudad castellanoleonesa iba a acoger la primera prueba ciclista profesional desde que la COVID-19 se colara en todos los rincones de nuestro día a día. Y Burgos respondió.
La participación fue histórica y la urbe burgalesa se convirtió en un ejemplo a seguir en cuanto a seguridad y espectáculo. Un espejo en el que se mirarían todas las competiciones posteriores.
En 2021, coincidiendo con el VIII centenario de la Catedral de Burgos, la ciudad volverá a ser, durante algunas semanas, la capital mundial del ciclismo. El próximo mes de agosto, el monumento más emblemático de la localidad verá pasar por sus calles al pelotón de La Vuelta y al de la Vuelta a Burgos, dos de las competiciones más importantes de nuestro país. Una oportunidad que el municipio aprovechará para reforzar la unión de la ciudad con la bicicleta, a través de un extenso programa de encuentros, seminarios y pruebas cicloturistas.
Burgos será el punto de partida de La Vuelta de la Catedrales, una celebración por los 800 años de historia que cumple su templo. Al final del camino espera la emblemática Catedral de Santiago de Compostela, que pondrá el punto final de la carrera, conmemorando el año Xacobeo. En un periodo de poco más de un año Burgos se ha convertido, sin duda y por mérito propio, en uno de los epicentros mundiales del ciclismo.
