Etapa 10. Parque de la Naturaleza Sendaviva- El Ferial Larra Belagua
Km. 168. La salida de esta etapa se enclava en las Bárdenas Reales, terreno semidesértico que corresponde a una estepa, en este caso con muy escasas precipitaciones que se concentran sobre todo en otoño y suelen ser irregulares y torrenciales. Los inviernos son fríos y los veranos muy calurosos.
El terreno puede definirse como “badland” o malpaís. Presenta una estratificación subhorizontal con capas expuestas por la escasa vegetación del entorno. Hay numerosas mesas y cerros testigos que exponen la sucesión estratigráfica del Oligoceno y Mioceno (unos 30 a 10 millones de años de antigüedad) constituida por lutitas, yesos y areniscas. La sedimentación de estos materiales se produjo en ambiente continental endorreico, pues la cuenca del Ebro estaba cerrada por la Cordillera Costera Catalana, lo que formaba un mar interior que recibía sedimentos desde los Pirineos y la Cordillera Ibérica. En las zonas internas de esta cubeta se sedimentaban los materiales finos, areniscas finas, arcillas, yesos y calizas que hoy vemos en las Bárdenas Reales con un espesor de casi 4km. Hace unos diez millones de años se abrió la cuenca hacia el Mediterráneo y el Ebro y sus afluentes comenzaron a erosionar estos materiales hasta dejar el relieve que vemos hoy día.
El nombre deriva de que fue terreno administrado primero por la corona de Navarra y posteriormente por la de España, que cedió en 1705 la explotación del terreno a veintidós entidades de la región que disfrutaba a perpetuidad de su usufructo. Ese derecho hoy se mantiene, y dio origen a la institucionalización de la Comunidad de Bárdenas Reales. En diciembre de 2008, el gobierno de España cedió a la Comunidad de Bárdenas Reales la nuda propiedad del territorio.
Km. 148. Al llegar a Caparroso, bordeando la población se encuentran unos notables escarpes en yesos del Oligoceno y Mioceno. Estos yesos precipitaron en lagos con intensa evaporación que ocupaban extensas áreas al sur de los Pirineos mientras éstos se levantaban (ver explicación en el texto de las Bárdenas Reales). En este caso el río Aragón ha erosionado en tiempos recientes (últimos 10 millones de años) los yesos que alternan con arcillas y ha producido unos relieves muy llamativos.
Km. 80-75. Cuando la carretera se aproxima a los Pirineos, un contrafuerte rocoso se presenta ante los corredores, justo antes de penetrar en la Foz de Lumbier. Se trata de la sierra de Leyre. Esta sierra destaca sobre el terreno circundante porque se trata de uno de los principales cabalgamientos en esta zona del Pirineo navarro. Marca el límite entre dos dominios geológicos muy bien diferenciados: el dominio surpirenaico y la depresión del Ebro. El cabalgamiento superpone rocas del Cretácico y Paleoceno (100-50 millones de años) sobre rocas margosas más recientes (del Eoceno, unos 45 a 35 millones de años).
Km. 65-60. En los últimos 80 kilómetros la etapa discurre por los valles de los ríos Salazar y Esca en los que se encuentran numerosos desfiladeros, aquí llamados foces: Foz de lumbier, Foz de Arbayún, Foz de santa Colomba, Foz de Benasa, Foz de Burgui. De entre todas destaca la foz de Arbayún por su longitud y profundidad, así como por sus características geológicas. Presenta grandes paredes verticales constituidas por calizas del Cretácico y Paleoceno depositadas originalmente en un mar preexistente al plegamiento del Pirineo por el choque entre la placa Ibérica y la europea.
Km. 30-20. A lo largo del río Esca se puede observar en las paredes del valle que conduce a Isaba un excelente ejemplo de Flysch. Éste es un tipo de depósito sedimentario relacionado con procesos orogénicos, pero que es parte de un tipo de rocas más amplio denominadas turbiditas. Estas rocas se producen por la sedimentación en los taludes que conectan la plataforma continental con las cuencas oceánicas. En esos taludes cuando hay fenómenos de intensa agitación del agua de los océanos (tormentas, sismos, tsunamis) se producen caídas de material en masas turbias con mezcla de agua y sedimento (corrientes de turbidez). Éstas dan lugar a depósitos tabulares muy característicos que alternan con capas del material fino que decanta durante las épocas tranquilas. Al estar constituidas por capas relativamente finas, estas turbiditas responden a los esfuerzos tectónicos con pliegues muy marcados de todo tipo y fallas.
Km.10-0. Los últimos kilómetros y la llegada de la etapa transcurren por montañas formadas por rocas caliza profundamente erosionadas. El karst de Larra-Belagua constituye un excelente ejemplo de un sistema kárstico por disolución de la roca caliza muy extenso. Encontramos multitud de formas desarrolladas en el exterior (denominadas exokársticas). Destacan profundos lapiaces, que son huecos y estrías en la superficie de la roca por la disolución que produce en la caliza el agua de lluvía y la que se desliza por encima de la caliza. Existen también dolinas, o depresiones circulares o elipsoidales en el terreno, también debidas a la disolución en superficie o en profundidad. Hay también cavernas producidas por la disolución en el interior de la roca por el agua que se filtra por los planos de estratificación y las fallas. En estas cuevas, entre las que destaca la sima de la piedra de San Martín, encontramos numerosas formas endokársticas, entre las que se encuentran estalactitas y estalagmitas.