La ciudad de Montoro se haya enclavada en un altozano, rodeada por un meandro encajado del río Guadalquivir. Esta es una curva cerrada del río que queda bastantes metros por debajo del cerro donde se encuentra la ciudad.
Los primeros kilómetros de la etapa, desde Montoro a Marmolejo, km. 24, aunque en algún momento se atraviesan materiales del Carbonífero inferior (unos 340 millones de años), discurren fundamentalmente por materiales del Triásico inferior (250 millones de años). Estos materiales son típicos de la llamada facies Buntsandstein (arenisca roja en alemán). Y así son, básicamente conglomerados y areniscas de color rojo debido a los óxidos de hierro que contienen.
Desde Marmolejo a Mengíbar (km 61) la carrera discurre por terrenos cuaternarios. Son estos conglomerados, areniscas y lutitas, los sedimentos dejados por el Guadalquivir en su transcurrir hacia el Atlántico durante los últimos 5 millones de años.
A partir de Mengíbar y hasta llegar a Jaén (km 127), pasando por Mancha Real la carrera se interna en terrenos terciarios, materiales algo más antiguos esta vez de origen marino. En el Mioceno (hace unos 20 millones de años), lo que hoy es el valle del Guadalquivir era un profundo golfo del Atlántico, que llegaba hasta esta zona. Aquí encontramos sedimentos provenientes de la cordillera Bética, que estaba levantándose en esos momentos, con grandes bloques que se desprendían de la misma.
A partir de Jaén nos internamos en las sierras compuestas de materiales mesozoicos marinos (Jurásico y Cretácico, 200-66 millones de años), generalmente calizas y dolomías, que fueron plegados y levantados para formar estas montañas durante la orogenia alpina. Como elementos más destacados encontramos en primer lugar el gran farallón de roca caliza cretácica en el cual está enclavado el castillo de Santa Catalina (km 130). Justo antes de llegar a Los Villares (km 138) pasamos cerca de los cañones del río Frío, situados entre esta localidad y Puente de la Sierra, excavados esta vez en rocas del Jurásico (de hace unos 180 millones de años). Aunque en los Villares y los kilómetros siguientes atravesamos de nuevo terrenos del Cretácico, en el momento de ascender a la Pandera, lo que encontramos de nuevo son materiales jurásicos. Aquí tenemos un sorprendente fenómeno geológico y es que contrariamente a lo normal, los materiales jurásicos más antiguos están situados sobre los materiales más modernos del Cretácico, debido a un gran cabalgamiento. Éste es una gran falla casi horizontal que desplaza las rocas jurásicas que forman la sierra de la Pandera muchos kilómetros y los sitúan por encima de las rocas cretácicas.

Coordinador: Sergio Rodríguez García (Universidad Complutense de Madrid).

Colaboradores:

  • Elisabeth Díaz Losada (Instituto Geológico y Minero de España).
  • Julio Garrote Revilla (Universidad Complutense de Madrid).
  • Juan Miguel Insúa Arévalo (Universidad Complutense de Madrid).
  • Blanca Martínez García (Instituto Geológico y Minero de España).
  • Mónica Leonor Meléndez Asensio (Instituto Geológico y Minero de España).
  • Francisco Javier Rubio Pascual (Instituto Geológico y Minero de España).
  • Ángel Enrique Salazar Rincón (Instituto Geológico y Minero de España).