Rocas ígneas, conglomerados y la piedra de Montjuïc

En la zona próxima a la salida de la etapa encontramos un complejo de rocas ígneas, formadas en las profundidades de la corteza terrestre. El complejo intrusivo del Castell de Burriac está constituido por tres tipos de rocas, tonalitas, granodioritas y leucogranitos. Todas contienen abundante cuarzo y feldespato y las dos primeras contienen además muchos minerales oscuros (mica negra y otros). Estas rocas se emplazaron durante la orogenia Varisca, en el Paleozoico superior (hace 350-250 millones de años) y forman los principales relieves de la zona, como la colina sobre la que se asienta el Castell de Burriac.

El Castell de Burriac, asentado sobre rocas ígneas.

La mayor parte de esta segunda etapa transcurre alrededor de los macizos de conglomerados de Sant Llorens de Munt y Montserrat. Estos macizos reúnen unas características geológicas y ambientales excepcionales, que son la base de su interés desde el punto de vista religioso, político y deportivo. Sus escarpados riscos han sido escenario del primer desarrollo de escalada deportiva en España desde la década de los años 20 del siglo pasado.

La formación de estos macizos comenzó a producirse durante el Paleógeno (60-40 millones de años), cuando en la zona que hoy se emplaza el valle del Ebro se elevaba un gran macizo rocoso. Ese macizo fue sometido a una intensa erosión y las rocas arrancadas del mismo se depositaron en la zona que hoy ocupan Montserrat y San Llorens de Munt arrastradas por impetuosos torrentes. La compactación de esos sedimentos por su propia acumulación de cientos de metros, dio lugar a los conglomerados que hoy conocemos. Estos conglomerados fueron elevados a más de 1000 metros sobre el nivel del mar en la orogenia alpina por la compresión producida durante el choque de la placa Ibérica con la placa Europea. La erosión durante los últimos millones producida por el agua, el viento y el hielo ha retocado esas montañas conglomeráticas, hasta dar como resultado el espectacular relieve actual.

El macizo conglomerático de Montserrat (foto tomada de wikipedia).

La llegada a Barcelona se realiza en la montaña de Montjuïc.  Ésta está formada por rocas sedimentadas durante el Mioceno (hace unos 15 millones de años). Los materiales proceden del macizo de la Collserola, donde hay rocas metamórficas e ígneas. Por ello, en Montjuïc encontramos conglomerados compuestos por granitos, esquistos, cuarcitas y pizarras que representan los depósitos producidos durante grandes riadas y lutitas y areniscas sedimentadas durante las épocas más tranquilas.

Esta combinación de depósitos dio lugar a una roca muy especial, el gres calcáreo o Piedra de Montjuïc, mezcla de arcilla y carbonato. Este material es excelente para utilizar en construcción pues es a la par resistente y fácilmente trabajable. Es por ello que ha sido muy utilizada en la construcción de Barcelona. La catedral, el palacio de la Virreina, el Parlamento, etc. Han sido construidos con esta piedra. Pese a la gran actividad urbanística que ha sufrido Montjuïc en las últimas décadas, todavía pueden observarse las cicatrices dejadas por las canteras de explotación

La cantera de Montjuïc. Fotos antiguas de Barcelona de Cristina Portillo Macho

Coordinador: Sergio Rodríguez García (UCM)

Colaboradores: Elisabeth Díaz Losada (IGME) Julio Garrote Revilla (UCM) Juan Miguel Insúa Arévalo (UCM) Blanca Martínez García (IGME) María Belén Muñoz García (UCM) Francisco Javier Rubio Pascual (IGME) Ángel Enrique Salazar Rincón (IGME)