La sombra de los Pirineos es alargada o Estructuras tectónicas meridionales del antepaís Surpirenaico

En esta etapa partiremos de Súria, en la provincia de Barcelona, para ascender hasta el corazón de los Pirineos, en Andorra. Por el camino veremos un par de efectos muy curiosos relacionados con el levantamiento de los Pirineos pero alejados de las montañas más altas. Nos centraremos en dos estructuras tectónicas situadas en las zonas externas del orógeno, en la transición entre las zonas más deformadas (al norte) y el antepaís sin deformar al sur.

  • 1. La Montaña de Sal de Cardona
  • 2. El anticlinal de Oliana

La Montaña de Sal de Cardona

Esta montaña de sal de unos 120 m de altura corresponde sólo a la punta de un enorme diapiro de sal, que llega a alcanzar unos 2 km de profundidad. Un diapiro es una masa de sal que asciende hacia la superficie desde capas más profundas principalmente por diferencia de densidad con las rocas circundantes, a las que puede deformar o llegar a romper. En su ascenso las sales presentan un comportamiento muy plástico y las sales pueden presentar unos pliegues y unas estructuras muy vistosas.

Jorge Franganillo / Parc Cultural de la Muntanya de Sal / CC-BY-2.0

Entrada a la galería de la mina preparada para el turismo en la base de la Montaña de Sal. La forma de montaña de este diapiro se conserva gracias a la cubierta de arcillas grises que la preservan de la disolución por las aguas de lluvia.

La sal de Cardona se depositó hace unos 40 Ma, en el Eoceno final. En esta época, un brazo de mar que penetraba desde el Golfo de Vizcaya hasta esta zona de la Cuenca del Ebro quedó aislado del Océano Atlántico y, al evaporarse, sedimentó grandes depósitos salinos (la Cuenca Potásica Catalana) que posteriormente fueron cubiertos por sedimentos más modernos de origen continental.

LBM1948 / CC-BY-SA-4.0

Detalle de las sales de la Montaña de Sal intercaladas con finas capas de arcillas grises. La disolución de las sales por el agua de lluvia crea formas caprichosas en la superficie del diapiro.

Aunque el movimiento de las sales (halocinesis) se produce principalmente por la diferencia de densidad entre las sales y las rocas que la rodean, esta diferencia no es suficiente para iniciar el ascenso del diapiro, sino que este movimiento necesita un evento desencadenante. Esta estabilidad relativa de las sales intercaladas entre otras rocas más densas se podría comparar con la estabilidad relativa de una tarta formada por distintas capas con plasticidades, densidades y viscosidades diferentes. La tarta se mantendrá muy estable y con buena presencia sólo si es tratada con cuidado, pero las distintas capas podrán "descolocarse" o romperse si la tarta sufre un golpe durante el transporte. De manera similar, un "golpe" a las capas estratificadas generará pliegues, roturas y planos de debilidad por las que podrá empezar a moverse la sal que, una vez iniciado el movimiento, tenderá a ascender hasta la superficie por la diferencia de densidad. En este caso, el "golpe" que inició el ascenso de las sales de Cardona fue una fase tectónica de levantamiento de los Pirineos durante la Orogenia Alpina, en el Eoceno superior, poco tiempo después de la sedimentación de las sales. Esta fase tectónica formó varios pliegues en cuyo núcleo quedó acumulada la sal durante bastante tiempo hasta que empezó a ascender en forma de diapiro en tiempos mucho más recientes (se estima que hace sólo unos 2 millones de años).

No todos los diapiros llegan a romper las rocas hasta la superficie y aún menos forman un relieve con forma de montaña puesto que la solubilidad de la sal con el agua de lluvia suele dejarlos como relieves planos o chatos, como en el caso de la Bòfia Gran, que aparece junto a la Montaña de Sal. La Montaña de Sal conserva su aspecto de montaña gracias a la protección que le confiere un casquete arcilloso, situado sobre las capas de sal plegadas y finamente intercaladas con capas de arcillas que permiten adivinar las formas de los pliegues de las sales. Es por este motivo que la Montaña de Sal de Cardona es un ejemplo muy especial de un diapiro que permite además la visita turística incluso en su interior a través de un recorrido perfectamente adaptado por la antigua Mina Nieves de Cardona y que permite disfrutar de este afloramiento tan excepcional. En el interior de la antigua mina se están desarrollando estalactitas y estalagmitas de sal de gran belleza.

La sales de la zona de Cardona han sido aprovechadas por el hombre al menos desde tiempos de los romanos. Fue muy importante la extracción de halita (sal de mesa) durante la Edad Media y posteriormente aquí estuvo una de las minas potásicas más importantes del mundo.  Se llegó a explotar hasta los 1300m de profundidad.

Jorge Franganillo / Parc Cultural de la Muntanya de Sal / CC-BY-2.0

La adaptación de la antigua mina para la visita turística permite observar la estructura interna del diapiro (estratificación de las paredes oscuras) así como los espeleotemas salinos (costras, estalactitas y estalagmitas blancas).      

El anticlinal de Oliana

La gran cadena montañosa de Pirineos se formó durante la Orogenia Alpina (en el Cenozoico) por la compresión generada por el acercamiento de la microplaca Ibérica a la Europea junto con el empuje de la Placa Africana. Esta compresión continúa en nuestros días y es la responsable de muchos de los terremotos actuales en la península ibérica.

Debido a esta compresión los materiales depositados en la Cuenca Pirenaica antes de la Orogenia Alpina sufrieron un acortamiento que se estima en más de 150 km y que se resolvió principalmente por el apilamiento de grandes mantos deslizados desde su posición inicial en la Cuenca Pirenaica aproximadamente a nivel del mar hasta su posición actual, en lo alto de las montañas del Pirineo. Las fracturas que delimitan esos mantos se llaman cabalgamientos y, por tanto, a esos mantos se les suele llamar "láminas cabalgantes", teniendo en cuenta que esas "láminas" pueden tener varios miles de metros de espesor y cientos o miles de kilómetros cuadrados de área.

Debido a la interacción de estas tres placas tectónicas y a la dirección de compresión principal (de N a S), las estructuras tectónicas (cabalgamientos, pliegues y fallas) de Pirineos están generalmente alineadas de este a oeste y suelen aparecer cortadas por la red fluvial actual, muy encajada y erosiva, que nace en los relieves más altos de los Pirineos (la Zona Axial) y fluye hacia el sur con un trazado muy rectilíneo.

Un buen ejemplo de una de estas estructuras tectónicas que presenta casi todas estas características generales de la zona pirenaica es el anticlinal de Oliana, situado al norte de este mismo pueblo.

Se trata de un pliegue de orientación SO-NE bien visible por la presencia de un nivel de conglomerados continentales más duros que los materiales que los rodean y que se ha aprovechado para el cierre de la presa.  Corresponde a un pliegue anticlinal puesto que las capas de los dos flancos del pliegue buzan (están inclinadas) en sentidos opuestos y divergentes. La etapa de hoy nos permitirá verlo a pequeña escala puesto que el pliegue está cortado por el río Segre y la carretera. A la entrada del pueblo de Oliana, donde la vegetación clarea algo y permite ver las capas de conglomerado, se podrán ver en el talud de la derecha buzando hacia el sur (inclinadas hacia la espalda de los ciclistas) mientas que unos 3 km más al norte, nada más cruzar el río, aparecerán buzando hacia el norte (inclinadas en la misma dirección de la etapa). Se trata de un pliegue muy grande por lo que su estructura sólo es completamente visible a gran escala desde el cielo, con la charnela del pliegue (la zona de máxima curvatura de las capas) situada unos 6 km al este de la carretera por la que se desarrollará la etapa.

Desde el punto de vista geológico, este pliegue presenta otra característica muy interesante. En su flanco norte se preserva un conjunto de materiales sintectónicos (que se sedimentaron a la vez que se formaba el pliegue) y que por ese motivo permiten datar la edad de formación del pliegue (Eoceno superior-Oligoceno inferior) así como la secuencia relativa de los cabalgamientos con los que se relaciona (Sierras Marginales y Montsec).

Modelo idealizado del anticlinal de Oliana y vistas reales desde el aire y desde la carretera.  

Coordinador: Sergio Rodríguez García (UCM)

Colaboradores: Elisabeth Díaz Losada (IGME) Julio Garrote Revilla (UCM) Juan Miguel Insúa Arévalo (UCM) Blanca Martínez García (IGME) María Belén Muñoz García (UCM) Francisco Javier Rubio Pascual (IGME) Ángel Enrique Salazar Rincón (IGME)