En esta etapa seremos testigos del enorme poder transformador que tiene el agua.
Durante la primera mitad de la misma, desde la salida hasta los alrededores de la localidad de Penagos, el recorrido atraviesa rocas formadas en un fondo marino poco profundo (de hace entre 120 y 95 millones de años) donde se desarrollaron grandes arrecifes de coral y bivalvos de conchas construidas con carbonato cálcico (CaCO3), que son los componentes de estas rocas calizas o carbonáticas. Estos materiales son resistentes a la erosión y conforman las elevaciones “que hay que escalar” en esta parte de la etapa, como la del Puerto de Alisas.
Hace millones de años, un agua subterránea caliente y cargada de elementos químicos disueltos, denominada agua hidrotermal, circuló a través de las fracturas que cortaban estas rocas calizas. Uno de los elementos que viajaba en disolución en esta particular agua era el hierro. Al atravesar las rocas, el agua hidrotermal fue reaccionando con el carbonato cálcico de las calizas, produciendo mineralizaciones de hierro como las que encontramos en Gallarta, La Cavada y el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Precisamente, estas mineralizaciones de hierro fueron explotadas por los romanos y han marcado el desarrollo industrial de Vizcaya y el área oriental de Cantabria.
Actualmente, esta agua hidrotermal aún sigue circulando y fluyendo hacia la superficie, saliendo al exterior en forma de manantiales. En algunas zonas, esta agua caliente se ha aprovechado en modernos balnearios, como los de Liérganes y Solares. Incluso, en esta última localidad el agua hidrotermal se procesa para su venta como agua mineral embotellada.
En la segunda mitad de la etapa se pasa por materiales formados en ambientes variados, desde continentales hasta marinos poco profundos, de hace entre 307 y 120 millones de años, en los que se alternan rocas más consistentes (las que dan grandes resaltes en el paisaje) con otras menos resistentes a la erosión. Destaca el último ascenso a Pico Jano, un enorme farallón formado por el endurecimiento de las arenas y gravas transportadas y depositadas por grandes ríos que fluyeron por esta zona hace entre 255 y 250 millones de años.
Los materiales carbonatados que se atraviesan a lo largo de toda la etapa han sufrido unos procesos de alteración debido al efecto del agua de lluvia que se conocen como karstificación. El agua de lluvia es ligeramente ácida, ya que lleva disuelto CO2 atmosférico y del suelo (edáfico) que recoge tanto en su camino de caída hasta el terreno como en su infiltración posterior a través del mismo. Esta agua reacciona con el CaCO3 de las rocas, disolviéndolas. Así, en superficie esculpe morfologías como los lapiaces (surcos con crestas agudas en las rocas) o las dolinas (depresiones del terreno más o menos circulares). Además, el agua en su recorrido infiltrándose en el interior del terreno sigue disolviendo la roca carbonática y puede dar lugar a cavidades kársticas o cuevas. Destacan las formadas en los alrededores de Puente Viesgo, ya que sufrieron ocupación humana prehistórica y constituyen el conjunto arqueológico más completo del Paleolítico europeo, al contener innumerables restos de industria lítica y pinturas rupestres.
Pero el efecto del agua no termina aquí, en este caso pasamos a su versión “congelada”. En esta parte final de la etapa hay evidencias de morfología glaciar, con valles en forma de U y depósitos de materiales transportados por el hielo que han quedado a los pies de las montañas. Son el resultado de los avances y retrocesos de los glaciares de montaña en los últimos cientos de miles de años provocados por los cambios que ha sufrido el clima en la historia más reciente de nuestro planeta.
Coordinador: Sergio Rodríguez García (Universidad Complutense de Madrid).
Colaboradores:
- Elisabeth Díaz Losada (Instituto Geológico y Minero de España).
- Julio Garrote Revilla (Universidad Complutense de Madrid).
- Juan Miguel Insúa Arévalo (Universidad Complutense de Madrid).
- Blanca Martínez García (Instituto Geológico y Minero de España).
- Mónica Leonor Meléndez Asensio (Instituto Geológico y Minero de España).
- Francisco Javier Rubio Pascual (Instituto Geológico y Minero de España).
- Ángel Enrique Salazar Rincón (Instituto Geológico y Minero de España).