Etapa 6. Olot- Pal (Andorra)
Km. 171. En las proximidades de Olot se encuentra la región volcánica de La Garrocha. Ésta es la región con vulcanismo más reciente en la península Ibérica. Estos procesos volcánicos se enmarcan en un proceso generalizado de rifting (apertura de grandes fracturas que potencialmente pueden llegar a separar bloques continentales, como el que sucede actualmente en el este de África). Los volcanes que aquí se desarrollaron afectaron a los humanos que vivían en esta región, ya que este vulcanismo se produjo en el final del Neógeno y en el Cuaternario. Las erupciones tuvieron lugar entre hace unos 250.000 y tan sólo 8.300 años. Debido a ser tan reciente, esta región volcánica muestra unas morfologías volcánicas perfectamente conservadas, con cráteres, coladas volcánicas y capas de cenizas perfectamente distinguibles en el terreno. Hay unos cuarenta conos volcánicos de tipo estromboliano y freatomagmático. Los primeros son de explosividad baja y forman estratovolcanes constituidos por cenizas volcánicas, lapilli y escorias. Los segundos generan explosiones más importantes al interaccionar las aguas subterráneas con el magma y dan lugar a cráteres de poco relieve (maare) con abundancia de tobas volcánicas. Además, se encuentran en la zona coladas volcánicas producidas por actividad efusiva no explosiva y más fluida, que produce lavas que siguen la trayectoria de los valles fluviales.
Km. 130-120. En el valle de Freser se encuentran excelentes afloramientos que permiten reconocer la relación de las rocas paleozoicas del zócalo con los materiales más modernos del Mesozoico y Cenozoico. En esta área, las rocas del Paleozoico son alóctonas (se han desplazado desde regiones relativamente alejadas en el norte mediante mantos de cabalgamiento). Estos materiales cabalgan sobre las calizas del Paleoceno (entre 65 y 55 millones de años) que forman una gran masa debido a la duplicación de su espesor original por una falla. En esa masa caliza son frecuentes los procesos kársticos de disolución de la roca que dan lugar a la formación de numerosas cuevas.
Km. 75-55. El valle de la Cerdaña constituye una gran depresión en las zonas internas del Pirineo a la que la elevación de las montañas circundantes ha proporcionado grandes cantidades de sedimento durante el Neógeno (23 a 3 millones de años). Estos sedimentos han sido erosionados en tiempos recientes primero por glaciares y después por el río Segre. Esta erosión ha producido un terreno irregular denominado “bad lands” o malpaíses. Entre las estructuras más llamativas de esos malpaíses se encuentran unas columnas de sedimentos con engrosamientos en su parte superior denominadas “demoiselles coiffées” por haber sido descritas por primera vez por geólogos franceses y también llamadas “chimeneas de hadas”.
Entre los depósitos de la Cerdaña destacan también capas con abundantes restos vegetales que conforman lignitos que han sido explotados en las minas de Sanavastre donde también se han encontrado bastantes fósiles de mamíferos.
Km.45-25. Tras pasar por la Seo de Urgell, la carretera se interna por un típico valle glaciar que nos lleva hasta Andorra la Vieja. En este caso el valle glaciar con perfil en U es bastante estrecho y está retocado por la erosión más reciente del río Valira. Aun así, mantiene unas paredes muy verticales y en algunas zonas una base amplia.